El grabado Tribunal Constitucional de España de Carlos Gonçalves Durão presenta una composición arquitectónica de gran sobriedad, donde la fachada del edificio se convierte en protagonista absoluto de la escena. Ejecutado al aguafuerte, el artista emplea una línea precisa y un trazo limpio que transmiten solidez y equilibrio, cualidades estrechamente ligadas a la institución que representa. La cuidada disposición de los planos y volúmenes confiere al conjunto un carácter monumental y solemne.

La obra se apoya en una paleta limitada al contraste entre el blanco del papel y la tinta oscura, recurso que intensifica la pureza de las formas y acentúa la serenidad del conjunto. No hay elementos accesorios que distraigan la atención: el espectador se enfrenta directamente a la imagen del edificio, símbolo de estabilidad y de la autoridad del derecho en la vida pública.

Durão logra, mediante el rigor técnico del grabado y la claridad compositiva, transformar una representación arquitectónica en una pieza cargada de significado institucional. La firma y numeración de la edición limitada subrayan el carácter exclusivo de la obra, mientras que su presentación en carpeta con el escudo de España en dorado refuerza su dimensión conmemorativa y ceremonial.